Con la mayoría de mascotas siempre existe el riesgo de mordeduras o arañazos, por lo que se debe amaestrar bien al animal y educar al niño para que lo respete y no lo moleste cuando el animal está comiendo o durmiendo. Si se compra una mascota se debe elegir una raza pacífica, que tenga un temperamento adecuado para estar con niños.
El mayor riesgo de una mordedura o de un arañazo es la infección de la herida y el contagio de infecciones. Es muy importante tener al animal muy bien vacunado, llevarlo regularmente al veterinario y, si le causa alguna lesión al niño, llevarlo al Pediatra inmediatamente.
Es importante tener al animal con unas óptimas condiciones de higiene ya que pueden ser transmisoras de hongos (tiñas) y pulgas. No se debe dejar al niño tocar los excrementos de los animales y siempre se debe lavar las manos después de tocar al animal.
Las familias que tienen niños alérgicos o atópicos deben evitar los animales de pelo (perros, gatos, caballos) y pluma (pájaros) ya que estos niños tienen mayor predisposición a sensibilizarse y a volverse alérgicos a estos animales.
No debemos dejar nunca al niño solo con la mascota. Como última pincelada la responsabilidad final del cuidado del animal es de los padres y no del niño.